El plan era haber ido a Capri, pero al sacar los tickets del ferry nos dijeron que solo nos vendían el billete de ida, que el mar andaba algo revuelto y no garantizaban la vuelta. Por supuesto decidimos no arriesgar y dejamos Capri para más adelante.
 
Así pues dedicamos el día a recorrer con calma, disfrutando de cada una de sus curvas, la carretera de la costa amalfitana, parando en varios de los miradores de su recorrido.
 
Enseguida se llega a Positano. Es un pueblo muy pintoresco, construido en un lugar imposible, con unas vistas espectaculares, claro es que prácticamente todas las casas tienen vistas al mar. Eso sí, aparcar no es nada fácil ni barato.
 
El siguiente pueblo en la lista Praiano, no tan pintoresco como Positano, pero lo disfrutamos mucho. Hicimos un pequeño recorrido que va desde el pueblo, hasta lo que ellos llaman playa. Un camino muy agradable, sobre todo de bajada. Una vez allí decidimos hacer un poco de tiempo, el sol estaba ya bastante bajo y pensamos que el lugar merecía una puesta de sol.

Positano

Praiano

Al fondo Capri y sus Faraones

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