En la recta final de nuestra visita a Lisboa no podía faltar un paseo por la costa. Comenzamos por Cascais, llegamos bastante pronto, la ciudad todavía no había despertado, pero la contrapartida mereció la pena ya que como el día de Belem les pillamos la delantera a los autobuses de japoneses.
Continuamos el recorrido por la carretera de la costa hasta Praia Do Guincho. Como podéis ver tuvimos un día esplendido que combinado con una costa espectacular, salpicada de fuertes de defensa, acantilados y playas hizo que la disfrutáramos mucho. En el camino de regreso hicimos una breve parada en Estoril, la tarde la dedicamos a completar las obligadas compras en Lisboa.