Turno para el templo de Kom Ombo. Cuando madrugar no es una opción, la única forma de visitar el templo con un número de gente razonable, es ser el primero del barco que llegas al templo. Nosotros contábamos con la ventaja de que se mueven más rápido tres personas que cincuenta y dispusimos del tiempo suficiente para esquivarlos.
El templo también es de la época ptolomeica, aunque ya existía en el imperio antiguo apenas queda nada de entonces. Es un caso un tanto raro, ya que fue dedicado a dos dioses y el templo está dividido en dos mitades simétricas. La parte norte está dedicada a Sobek, el dios cocodrilo y la sur a  Horus el viejo, Haroeris en griego.
Sobek es el dios de la fertilidad, creador del Nilo que habría surgido de su sudor, y por extensión creador del mundo.
Horus es un dios polifacético, pero que sobre todo tiene dos formas principales, la de Horus el Joven, hijo de Isis y Osiris y la de Horus el Viejo, el inquilino de la otra mitad de este templo. Un halcón cuyos ojos son el sol y la luna y que cuando ninguno de los dos astros es visible se decía que estaba ciego.
Como curiosidad, en la cara interna del muro posterior del templo hay unas representaciones muy interesantes de instrumentos quirúrgicos.
La visita termina con el museo del cocodrilo, donde se pueden ver varias momias de cocodrilos encontradas en la zona

Representación de instrumentos quirúrgicos

Nilómetro

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